Profesores y profesoras del C.P. Sarriguren I.P. somos conscientes de la necesidad de otro colegio público en el municipio. Es de sobra conocida la preocupación que genera este tema; y como parte que somos de su comunidad educativa, no podemos quedarnos impasibles y queremos dar a conocer nuestro sentir.

Nos gustaría que supierais que hemos realizado un  gran esfuerzo para dar a conocer lo mejor de nuestro cole. Pero resulta que todo nuestro trabajo, nuestro ánimo, nuestro entusiasmo y nuestra confianza no tienen recompensa. Las medidas que se están tomando no son satisfactorias y, evidentemente, no resuelven nuestros problemas, sino que, además, los agravan. Esto nos está causando, muy a nuestro pesar, cansancio, hastío y sobre todo impotencia.

Sentimos que nuestro trabajo no está suficientemente valorado por quien debería velar por él. Pero lo más importante es que sentimos que están llevando a los pequeños, por los que luchamos cada día, a una situación muy perjudicial y dañina para su salud física y mental.

Veamos, somos maestros/as y sabemos contar. Sí, efectivamente hay un aula para cada uno de los grupos, pero ¿es eso suficiente? ¿Qué precio tendrá que pagar nuestro alumnado por tener acceso a un aula en el colegio público de Sarriguren? ¿Se tiene en cuenta que los menores no son números sino personas con dignidad, derechos y peculiaridades que hay que respetar y proteger? Estos serán nuestros números el curso 2014- 2015:

–          Más de mil alumnos y alumnas

–          550 estarán en Educación Infantil

–           224 serán niños y niñas de tres añitos.

En nuestra escuela conviven distintos modelos educativos, por lo que se precisan más espacios que el aula ordinaria para su correcto desarrollo. ¿Dónde irán los niños y niñas que salgan a euskera? ¿Y aquellos que elijan la religión o AEO? ¿Dónde se darán los apoyos a Primaria?, ¿y los de la atención a la diversidad?

La metodología por proyectos exige un tipo de espacios de los que se nos está privando. Organizar los talleres internivelares, peculiaridad del centro desde sus inicios, está siendo ya casi imposible.

Nuestra escuela es ya muy grande. ¿Saben que el tiempo que se pierde en desplazamientos se resta a tiempo para currículo?

En este centro, ya tenemos problemas de organización con los patios ¿Qué ocurrirá en los recreos con 224 niños y niñas más?

Si utilizamos el patio de primaria, porque  no cabemos todos en el de infantil, ¿dónde estarán nuestros columpios?, ¿y nuestra zona de juegos adecuada a nuestras necesidades? Además, como no todos los niños y niñas de primaria pueden hacer educación física en el gimnasio, ¿tendremos en medio de nuestros juegos una clase de educación física de primaria o los compañeros de primaria tendrán niños pequeños en mitad de su clase de educación física?

Si llueve, los  niños y niñas de Educación Infantil y Primaria no pueden utilizar el patio.  Es fácil imaginarse qué puede llegar a ocurrir si durante varios días no salen de su aula en toda la jornada.

El gimnasio está ocupado durante todas las sesiones, la pista cubierta del patio es insuficiente y está ocupada por las clases de educación física durante gran parte del día y la única sala acondicionada y equipada para hacer psicomotricidad no es suficiente ni siquiera para cubrir todas las horas imprescindibles ya en este mismo curso. ¿Esto es acaso calidad, equidad y excelencia?

¿Y dónde queda la importancia de la AUTONOMIA, contenido con mayúsculas en Educación Infantil?  Un número de  grupos tendrá, obligatoriamente, que pasar al aulario de primaria, donde no hay baños ni lavabos adaptados para el alumnado de infantil. Los niños y niñas no pueden ir solos al baño porque no llegan ni a sentarse en la taza ni a lavarse las manos, cosas frecuentemente necesarias a esta edad. Esto supone, por una parte, que no se puede trabajar la autonomía y, por otra, un riesgo cierto, pues si el niño o la niña acude solo o sola al baño, además de no cumplir su objetivo, puede fácilmente sufrir una caída con mejores o peores consecuencias, y si optamos por acompañarlos al baño, hemos de dejar solas a entre 20 y 25 criaturas.

Los niños y niñas de primaria también sufren la falta de espacio. ¿Veis posible  impartir una sesión de E. Física con más de 500 niños y niñas de infantil jugando y corriendo alrededor? ¿Son suficientes dos mini-vestuarios con dos duchas para 22 grupos de alumnos?  No olvidemos que la higiene es un contenido básico a trabajar en esta asignatura.

 Otro de los problemas que más nos preocupa es el de la masificación en las entradas y salidas, muy dificultosa en el edificio de primaria, por donde ha de salir por unas pocas puertas un alto número de alumnado, y donde, especialmente con los peques de infantil, empiezan a producirse problemas de seguridad porque, a veces, es difícil ver con quién se va cada uno.

Estas son sólo algunas de las dificultades con las que ya nos hemos empezado a encontrar en el día a día, y todo sin entrar a valorar las condiciones de trabajo y el nivel de estrés al que nos estamos viendo abocados los profesionales de la enseñanza.

Solicitar la construcción de un colegio nuevo para el curso 2014 2015 no es una demanda aislada y caprichosa, es el sentir de los vecinos de un pueblo, es el sentir de muchos de los profesores y profesoras que trabajamos en este colegio, es el sentir del Ayuntamiento de un valle, es el sentir de toda la comunidad educativa.

Son 1.000 argumentos que tienen derecho a una educación pública. Es el derecho de las familias y de los profesionales que hemos elegido este centro por su metodología y su proyecto educativo, promovido desde el Departamento de Educación, que no se olvide. Y, por lo tanto, es éste quien tiene la obligación de seguir promoviéndolo, protegiéndolo y garantizando su correcto desarrollo.

Pensamos que la solución es fácil, que el diálogo y el entendimiento son las primeras medidas que se deben tomar para resolver conflictos de intereses; en este caso intereses que parecen ser más económicos y políticos que educativos.

¿Por qué no construir un colegio nuevo para el curso 2014-2015, y que estos 1.000 niños y niñas tengan las condiciones necesarias para alcanzar una educación de calidad, equidad y excelencia?